Para determinar la conveniencia social de proteger y desarrollar el Valle del Lunarejo debe compararse los beneficios y los costos en un mismo momento del tiempo.

Para la estimación de la evolución de los beneficios en el tiempo se supuso que el número de campamentistas crece al 13% anual. Esta tasa es la tasa de crecimiento promedio anual de campamentistas en el Uruguay en la última década. Usando un supuesto conservador, se supuso que el número de visitantes que pernoctarán en hostales crece a un ritmo de 25% anual. Dicho supuesto se basa en que el crecimiento de visitantes a estancias turísticas en el Uruguay ha sido de un 30% anual. Finalmente, y como resultado de los dos supuestos anteriores, se trabajó con una tasa de crecimiento anual de visitantes al área de 20%. Nuevamente, este es un supuesto conservador ya que luego que la Quebrada de los Cuervos fuera declarada área protegida, su número de visitantes aumentó en un 42%.

Se supuso que los costos aumentarán a un ritmo del 5% anual a medida que la zona reciba una mayor afluencia de turistas. Se consideró, a los diez y a los veinte años, una nueva inversión en el camping, en caminería, en cartelería, restauraciones y senderos, del mismo monto que la inicial. Dado el bajo monto de los costos, los resultados no resultan muy sensibles a la tasa de crecimiento de los mismos.

Bajo los supuestos anteriores de beneficios y costos, el proyecto de desarrollar y proteger el Valle del Lunarejo es rentable desde el punto de vista socioeconómico presentando una tasa interna de retorno (TIR) de 29% (estimada a partir de un flujo de veinte años). El Valor Actual Neto (VAN) del flujo de veinte años descontado a una tasa del 12% asciende a 2,3 millones de dólares.